jueves, 6 de agosto de 2009

La VIDA alrededor.

Después del después... Hay un ensayo y después un ensayo general y después un estreno y después la copa y luego llegará la segunda función y después...

La suerte de una obra de teatro es, como le escuche una vez a GODOY en un teatro de Barcelona, que hay ensayo general.

En la vida no. En la vida puede que nos creamos vivir en un ensayo general y no nos atrevamos a vivir realmente... Por eso cuando hay que atreverse, hay que atreverse y vivir. Porque la vida no tiene ensayo general.

Me detengo por un momento de lo mío y miro alrededor. Escucho por el altavoz del teatro cantar a las sobrinas de CECILIA. Veo a las azafatas vestir las sillas. En el periódico siguen informando de la lucha contra el fuego. Todos los actores nos quedamos sin descanso y con la mejor de las ganas ensayamos hasta la madrugada. Nuestro XAVI es un grande. JESUS se recupera. TAMZIN ya andará por Asturias. Yo llamo de nuevo a Barcelona y le sigo contando a mi tía para que le cuente a mi yayo SECUNDINO.

Nada queda intacto, todo se mueve. Todos, después del después, nos ocupamos de lo nuestro y de los nuestros. La música de violines es la que suena en las bodas y en las películas de amor. Intuyo que si un guitarrista está triste su guitarra le servirá de consuelo. O al saxo o al cantaor de flamenco. Incluso el actor puede olvidar sus penas durante un rato encima del teatro. No sé cómo hará el violinista. Le ayudaremos.

Las chicas de la terraza seguirán sirviendo una copa a los actores de la siguiente función.

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